“El humilde es potente porque es humilde, no porque sea fuerte. Esta es la grandeza del humilde”.
Por Jaime Ancajima. 02 octubre, 2019.Por mi trabajo de capacitador de profesores de inglés, la vida me ha permitido viajar a diversos lugares y conocer mucha gente en diversas áreas, como decanos, dqes y, por supuesto, profesores muy inteligentes, cultos y capaces en sus profesiones. Muy grato ha sido conocer a algunos de ellos ya que pude aprender muchas lecciones de vida sobre la humildad y la grandeza de estos seres humanos.
Actualmente, la humildad es un valor casi ausente en nuestra sociedad; sin embargo, es muy importante. Para aprender, es necesario asumir una actitud humilde; reconocer la propia ignorancia, ese “no saber” que despierta la curiosidad y lleva al cuestionamiento y al asombro. Nada de eso aparecería si existiera la creencia de superioridad total.
Humildad proviene del latín “humilitas”, que significa “pegado a la tierra”. Tiene que ver con el reconocimiento y aceptación de los propios límites y debilidades. No obstante, la soberbia suele dominar muchos contextos en diferentes ámbitos laborales y profesionales.
Howard Gardner, psicólogo e investigador, creador de la teoría de las inteligencias múltiples sostiene: “No puedes ser excelente como profesional siendo una persona creída porque no alcanzas la excelencia si no vas más allá de satisfacer tu ego, tu ambición o tu avaricia y si no te comprometes con objetivos que van más allá de tus necesidades para servir las de todos.”
Así como existen doctorados y maestrías en lo profesional, hay personas que merecen recibir alguno de estos grados por su gran calidad humana y por ser dignos ejemplos de humildad: desde un buen jardinero, ama de casa, hasta un excelente profesional. Reflexionemos sobre cómo actuamos en los ámbitos laboral y profesional con los demás. En esta línea, la humildad es un componente fundamental.